No valorando el dinero, valorarás la vida

Por Pablo García Santos

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No valorando el dinero

Por suerte para una minoría y por desgracia para una mayoría, nos han enseñado a valorar la vida en función del número de ceros que tenga en su cuenta corriente. Puede llegar a resultar injusto y cualquier otro adjetivo precedido por el prefijo «in-«, pero cierto es en pleno siglo XXI.

Se valora más la figura del artista o deportista que la del voluntario que infravalora su vida para sobrevalorar la de aquellos que se tambalean en la cuerda de la vida. Esto es solo beneficioso para ellos y perjudicial para nosotros. Beneficioso para ellos, los que comercian con la figura del ídolo en forma de camisetas, pósters y demás productos que para ellos solo se traduce en valor, valor económico. Y perjudicial para nosotros porque nos dejamos invadir por ese valor económico mientras el otro más importante, el valor sentimental, se pudre en las entrañas de nuestras cuatro cavidades.

Todo ello hace que valoremos más al personaje que inventó un dispositivo capaz de «ponernos en contacto» con nuestro ídolo que al ídolo que construyó una casa donde el único techo existente era el cielo. Por desgracia, en este partido de liga, el valor material ha ganado por goleada al valor emocional. No seré yo el encargado de ello porque mi escaso valor haría que nadie quisiera participar en el experimento, pero resultaría cuanto menos curioso ver qué elegiría la gente entre un abrazo y un papel con dos ceros, un cinco y una E doblemente tachada.

Imagino cómo la multitud al completo haría cola en uno de ellos, ya que en momentos de crisis económica nunca viene mal un ingreso sentimental. Seguramente, habré cometido errores garrafales ortográficos y de expresión pero, del mismo modo, reconozco que no me resultan importantes porque sé que nadie la dará balor a esto.