El paro en Cádiz tiene solución

Por José Antonio Hernández Guerrero

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El paro en Cádiz

Esta rotunda afirmación nos debería estimular a preguntarnos sobre nuestra propia responsabilidad: la tuya y la mía. Tras el análisis de los comentarios de los políticos, de los sindicalistas, de los empresarios y de los banqueros, y tras la valoración de las propuestas de los periodistas, e incluso, de las conversaciones que mantenemos nuestras tertulias, he llegado a la conclusión de que todos señalamos a los otros como los únicos culpables. La ausencia de una saludable autocrítica tiene su origen con la convicción de que la actividad política consiste en luchar agresivamente para contradecir las propuestas de los adversarios, y para desacreditar y aniquilar a sus representantes más destacados. Muchos están convencidos de que hacer política significa negar, atacar, derribar y destruir al que milita en un partido diferente y al que piensa de manera distinta.

En mi opinión, las propuestas de los “unos” y las respuestas de los “otros” descubren el abismo que separa a sus respectivas posiciones y tienen como consecuencia impedir que el barco navegue hacia su destino y, a veces, que se hunda. No es extraño que los “unos” y los “otros” se las ingenien permanentemente en destejer el entramado de normas que sus predecesores habían confeccionado pacientemente. No advertimos que, tirando por la borda a los marineros y hundiendo a sus sucesivos capitanes, corremos el riesgo de hacer naufragar la nave. En mi opinión, el paro no tendrá solución mientras que los diferentes grupos políticos, los colectivos sociales, los agentes económicos y cada uno de nosotros sigamos sin dialogar; mientras que no apartemos nuestras diferencias y abramos una ‘pausa de reflexión’ que haga posible un ‘diálogo sereno’ entre los políticos, los empresarios y nosotros, los trabajadores y los parados. Todos hemos de practicar la autocrítica y revisar si estamos arrimando el hombro.