Disuelta la Fundación del Teatro Villamarta

Por Jesús Heredia Luque

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El Teatro Villamarta de Jerez se enfrenta a la amenaza de tener que cerrar a los 20 años de su reapertura

El coro del Teatro Villamarta en pleno ensayo de la ópera Otello

En plena producción de una de las mejores óperas del maestro Verdi, la espectacular Otello, el Teatro Villamarta de Jerez ha recibido la orden de disolución de la fundación que se encarga de gestionar las actividades del teatro, proviniente del ministerio de Hacienda, debido a las pérdidas en los balances económicos de los últimos años.

Es otra de las penosas consecuencias del endurecimiento de las normas que rigen la cosa pública impuestas por los últimos gobiernos, recortando por doquier sin mayor miramiento, siguiendo las imposiciones de Europa. La desaparición en la práctica de los patrocinios privados (las empresas también sufren las consecuencias de la crisis) ha terminado en este mutis forzoso, y en la incertidumbre de no saber qué va a pasar con las actividades del teatro a partir de este verano cuando acabe la temporada, y consecuentemente con los puestos de trabajo que dependen de su actividad.

El Teatro Villamarta, ninguneado por la Junta de Andalucía con su indisimulado trato de favor al Maestranza sevillano, ha venido siendo uno de los centros líricos de referencia a nivel nacional, con la producción de montajes operísticos muy apreciables a pesar de contar con muy limitados presupuestos.

Cabe preguntarse si es lícito medir la actividad pública (sea asistencial, de emergencias, social, o bien cultural como en este caso) en términos exclusivamente de productividad monetaria. ¿Iremos mansamente camino del control absoluto por parte del poder económico?

Estamos en Jerez de la Frontera, en el año 32 después de Orwell.